Las horas extraordinarias que conocen saben que se divertirán. Tanto sexy, construido y colgado, son versátiles. Les gusta jugar un rato, ponerse el uno al otro, luego uno se hace cargo y comienza a trabajar en el agujero de su amigo con la lengua, los dedos y, por supuesto, con la polla dura. ¡Placer mutuo garantizado!